(Miércoles, 14 de mayo de 1813)
El 14 de mayo de 1813 sale de Cúcuta el ejército
conducido por Simón Bolívar con destino a Venezuela. Lo integran brillantes
oficiales granadinos y venezolanos, por lo que la campaña que se inicia se llamará
la Campaña Admirable. Ellos eran, entre otros, Rafael Urdaneta, José Félix
Ribas, Atanasio Girardot, Antonio Ricaurte, Luciano D'Elhuyar, etc.
Bolívar había recibido el 30 de marzo la deseada
autorización, para invadir a Venezuela, aunque no a entera satisfacción;
además, las divergencias surgidas entre él y el coronel Manuel del Castillo
retrasan notablemente la empresa libertadora.
Cuando Bolívar llega a Mérida, el 23 de mayo de
1813, el pueblo lo aclama como LIBERTADOR, siendo la primera vez que así se le
llama. El Concejo de esta ciudad merideña, presidido por don Luis María Rivas,
le saluda en sesión especial con estas palabras: «¡Gloria al Ejército
Libertador y gloria a Venezuela que os dio el ser, a vos, ciudadano general!
Que vuestra mano incansable siga victoriosa destrozando cadenas, que vuestra
presencia sea el terror de los tiranos y que toda la tierra de Colombia diga un
día: Bolívar vengó nuestros agravios».
El 14 de junio llega a la ciudad de Trujillo. Al
día siguiente, después de meditar largas horas, dictó aquella terrible Proclama
de Guerra a Muerte, documento controversial que se le justifica a Bolívar por
la manifiesta crueldad de los españoles realistas. Esta proclama, en que se
ofrece la vida a los americanos, aún cuando sean culpables, y a los españoles y
canarios se les amenaza con la muerte, «aún siendo indiferentes», si no obran
activamente en obsequio de la libertad, tuvo el efecto que se deseaba, es
decir, estimular a unos y amedrentar a otros. Para este día de la Proclama de
Guerra a Muerte, Bolívar no había cumplido aún los 30 años de edad.
El 2 de julio de 1813, el ejército libertador,
con José Félix Ribas y Rafael Urdaneta a la cabeza, vence en Niquitao. Luego
obtendrá la hermosa victoria de Los Horcones. Bolívar, por su parte, después de
libertar a San Carlos, derrota por completo al enemigo en Taguanes, obligando a
Monteverde a retirarse a Puerto Cabello. El 2 de agosto entra el Libertador a
Valencia, en medio del frenesí del pueblo. Allí deja de Gobernador Militar a Girardot,
y con tropas de éste y de Urdaneta siguió hacia su objetivo principal, la
ciudad de Caracas.
A su ciudad natal llega Bolívar, triunfante, el
día 6 de agosto, dejando atrás las penurias, los sacrificios de la Campaña
Admirable. La Gaceta de Caracas, de veinte días más tarde, comenta: «Que se
considere al héroe caraqueño en medio de un concurso de más de 30.000 almas
recibiendo los homenajes sinceros de todo un pueblo a quien acaba de libertar
...» Los realistas, que ejercían el Poder Civil y Militar de Caracas, huyen
precipitadamente de la ciudad. Después, en 14 barcos se dirigen hacia Curazao.
Tres días tenía el Libertador en Caracas, en medio de homenajes sinceros del
pueblo y de las autoridades republicanas. Pero su celo, su actividad eran cada
vez más notorios.
CONSECUENCIAS DE LAS CAMPAÑAS
DE 1813
Los éxitos militares de 1813, permitieron a los
patriotas ocupar la mayor parte del territorio que había estado bajo el
gobierno de la Primera República. Mariño asumió el gobierno de las provincias
orientales, Cumaná y Barcelona, y se proponía crear, junto con las de Margarita
y Guayana, el Estado de Oriente. En Caracas, Bolívar asumió el gobierno de los
territorios liberados en la Campaña Admirable, declaró restablecida la
República y comenzó a preparar la defensa frente a la reacción realista, que
bien pronto empezó a hacerse sentir desde diferentes puntos. Puerto Cabello,
Coro, Maracaibo y Guayana pasaron a ser, como en 1812, los puntos de mayor
peligro. Y ahora, también, los llanos de la provincia de Caracas, donde el jefe
español José Tomás Boves, convertido en caudillo de los llaneros, amenazaba con
un formidable ejército hacia los valles de Aragua y la capital.
La reorganización del gobierno se llevó a cabo a
raíz de la ocupación de Caracas por Bolívar el 7 de agosto, y adoptó la forma
de una dictadura ejercida por el jefe patriota. En aquellos momentos no era
posible restaurar las autoridades republicanas de 1812. Los miembros del
Gobierno y del Congreso de 1812 se encontraban dispersos, y no había
condiciones para intentar un nuevo gobierno constitucional. Bolívar, respetuoso
de los sentimientos republicanos de muchos patriotas, consultó la opinión de
los hombres más representativos del momento en relación con la forma que debía
adoptar el gobierno. Francisco Javier Ustáriz elaboró un plan de gobierno,
según el cual El Libertador debía ejercer el mando supremo hasta tanto fuera
organizar un gobierno constitucional. El plan de Ustáriz, respaldado con la
opinión de otros hombres como Miguel José Sanz y Miguel Peña, sirvió de base
para que Bolívar asumiera la dictadura en 1813. Además, la Municipalidad de
Caracas, reunida el 14 de octubre, lo confirmó como Jefe Supremo, y lo proclamó
con el título de Libertador.
El Libertador consideró su gobierno como una
etapa transitoria y manifestó su intención de restablecer constitucionalmente
la República. En un discurso pronunciado en Caracas, el 2 de enero de 1814,
dijo:
"Anhelo por el momento de transmitir este
poder a los representantes que debéis nombrar...
... yo no he venido a oprimiros con mis armas vencedoras: he venido a traeros el imperio de las leyes: he venido con el designio de conservamos vuestros sagrados derechos. No es el despotismo militar el que puede hacer la felicidad de un pueblo, ni el mando que obtengo puede convenir jamás, sino temporariamente, a la República. Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del Gobierno; es el defensor de su libertad...
... Elegid vuestros representantes, vuestros magistrados, un gobierno justo y contad con que las armas que han salvado la República, protegerán siempre la libertad y la gloria nacional de Venezuela". Así, pues, El Libertador asumió el mando supremo en 1813, como consecuencia de la Campaña Admirable, y en vista de la imposibilidad que había en aquellos momentos de transmitirlo al gobierno legal. Y porque la opinión expuesta por personas notables de Caracas fue la de que mientras persistiera la situación de peligro, Bolívar debía ejercer el mando supremo.
El gobierno patriota de 1813 y 1814 fue una
dictadura ejercida por El Libertador. Pero al igual que la que ejerciera
Miranda en 1812, fue una dictadura del tipo clásico. En efecto, en la antigua
Roma, durante la república, cada vez que un peligro extraordinario amenazaba al
estado, se designaba un dictador entre los ciudadanos más prominentes. El
dictador tenía autoridad civil y militar y era nombrado por seis meses, al cabo
de los cuales se le retiraban los plenos poderes.
No obstante que en 1813 no había ningún organismo
de gobierno que pudiera investir a Bolívar con el mando supremo y que sólo
hubiera opiniones favorables al ejercicio del mando, su gobierno fue de este
tipo. Y las mismas circunstancias difíciles que se prolongaron hasta 1819,
dejaron en manos de Bolívar el ejercicio de este poder, que no pudo renunciar
hasta febrero de 1819 ante el Congreso de Angostura.