miércoles, 13 de febrero de 2013

GUARENAS Y SUS PATRIMONIOS



    
     El tema del Patrimonio Histórico Cultural y el reconocimiento de su importancia para el desarrollo de las ciudades ha cobrada una gran relevancia en las últimas décadas. Zonas urbanas con características particulares asociadas a determinados momentos históricos y edificaciones que dan testimonio de su tiempo en las sociedades, confieren identidad a los habitantes de las ciudades, fortaleciendo así el sentido de pertenencia de un colectivo. De allí que, el levantamiento del patrimonio histórico y cultural en Guarenas, y en todas las ciudades, es de vital importancia.
   Se considera como Patrimonio Histórico Cultural del Municipio, al conjunto de valores y de bienes que existen dentro de su jurisdicción y que constituyen elementos integrantes de su identidad local por estar estrechamente relacionados con su historia, cultura, tradiciones e idiosincrasia. Por ello, “…el Patrimonio Cultural es el conjunto de bienes culturales singulares, resultado de un proceso histórico concreto, que es compartido por todos los herederos de ese legado. Las costumbres, las formas de comportamiento, las edificaciones, los utensilios, la lengua, la música, (…). Es decir, las formas culturales tangibles o intangibles que cada sociedad ha creado, transformado, reutilizado, y también las que se han creado en una época determinada, se convierten en bienes culturales” (Sanoja y Vargas, 1993).
   Interesada en todo el tema patrimonial a nivel municipal, se han comenzado a realizar algunas tareas dirigidas al estudio y posterior clasificación del patrimonio histórico cultural del Municipio Ambrosio Plaza, no solo por los elementos que dan testimonio del valor histórico de la ciudad, los cuales determinan, por una parte, el elemento colonial caracterizado por una estructura urbana en cuadrícula y constituido por un espacio primigenio ubicado alrededor de la Plaza Bolívar, en el que se alzan edificaciones de valor histórico como la Catedral de Nuestra Señora de la Copacabana, la Casa Parroquial, el Edificio de gobierno del Municipio Ambrosio Plaza, la Casa José Félix Ribas, la Iglesia de la Candelaria, entre muchos otros, y el primer ensanche urbano de la primitiva reducción indígena conocida como “La Llanada”. Sino también porque los patrimonios tienen trascendencia en todos los pueblos para el empoderamiento de la memoria histórica y transformación de nuestra ciudad.
    Por otra parte encontramos una ciudad adaptada a los cambios de la modernidad identificada con las transformaciones sociales y culturales, evidenciado por la construcción de urbanizaciones residenciales donde otrora existieron haciendas, pero con pocos registros escritos de estas como testimonio de su permanencia en estas tierras.
    La noción de patrimonio está ligada a un proceso  histórico y cultural con características particulares de acuerdo a nuestra fundación. De allí que, el reconocimiento y registro del mismo debe estar orientado hacia un programa que los determine y enmarcarlos en una política municipal de conservación, protección y divulgación.  
    Nuestro interés va mucho más allá de un mero inventario del patrimonio histórico, cultural y municipal de la ciudad, se trata de retomar uno de los temas más obviados en la memoria colectiva y en la definición de la identidad. Erróneamente se piensa que hay sobrados temas de preocupación como para considerar el hecho de la conservación, protección, destrucción o desaparición de un patrimonio. Sin embargo, la inquietud es primordial porque el daño afecta directamente a la identidad e idiosincrasia del ciudadano que nace o vive en esta ciudad. En este sentido, el trabajo que se haga, o en su defecto que se deje de hacer, repercute en la  identificación con la historia local.
   El patrimonio cultural, que es indisolublemente histórico, es todo aquello de condición material o inmaterial que tiene un valor de identidad para la cultura de las comunidades locales. El patrimonio cultural existe en la medida en que lo cultural constituye el patrimonio más representativo de cada región. Es por ello que, el patrimonio per se tiene la capacidad de afianzar o estimular la conciencia de identidad de los pueblos.
   Hoy día observamos que el patrimonio cultural se extiende a obras de artistas, músicos, escritores, sabios, comprende también obras que manifiestan la creatividad de un pueblo; lenguas, ritos, creencias, lugares, monumentos históricos, literaturas, archivos, bibliotecas, en fin, el concepto que hoy surge sobre patrimonio es más amplio, más pluralista, menos elitesco, más antropológico, más comunitario y acorde con los cambios del mundo, por ello es necesaria su atención.

Lcda. Noraya Pérez Díaz
Historiadora
Cronista del Municipio Ambrosio Plaza

Guarenas, pueblo insurgente




              Con estas líneas se busca presentar a groso modo, la participación de algunos hombres y mujeres que dieron su paso a favor de la causa republicana durante los años 1814 y 1818, rechazando en forma silenciosa y, en algunos casos no tanto, al poderío de la monarquía española. Creemos que estos hechos contribuyen no solo a fortalecer con un valor más fidedigno el hecho histórico del paso del Libertador por las tierras de este valle de Guarenas, sino también a enriquecer nuestra historia local. Los casos insurgentes que abordamos reflejan las ideas de un pueblo en apoyo a un proceso revolucionario que se concretaría hacia mediados del siglo XIX y fueron conocidas por la monarquía como “causas de infidencias”. Nuestro tema de investigación.  
     Como “Causas de Infidencias” se conoce tanto en Venezuela como en otros países que fueron posesión de colonias españolas, a todos los procesos penales llevados por la Corona contra todos aquellos que se alzaron en armas, o que realizaron acciones de hostilidad o desobediencia contra la autoridad española. Dentro de estas acciones se consideran los actos, las palabras y escritos dirigidos en contra de la autoridad española. Es pertinente referir que, esta conceptualización además de ser general no titula delito alguno, por lo que la intención de tal denominación es la de señalar dentro del ordenamiento jurídico de la época colonial a todos aquellas personas que desobedecen a una majestad católica. Por no estar claramente determinado el delito de infidencia en la propia legislación colonial, se puede apreciar visiblemente en el caso venezolano el fuerte deseo de emanciparse y de constituirse en nación, de allí que se presentaran interminables luchas contra todo aquel que estuviera en desacuerdo con la separación del régimen y continuar bajo las órdenes de un rey.
     Todos estos juicios tienen una trascendencia histórica y es que las causas llevadas fueron expedientes abiertos contra un gran número de criollos que posteriormente se convirtieron en los padres de la nacionalidad(*) y que nos remiten a rememorar los hechos ocurridos entre 1814 y 1818. La primera fecha nos interesa porque tiene que ver con el fin de la primera república y el comienzo de la emigración a Oriente, hecho en el cual un notable grupo de guareneros, y aquellos que no siéndolo hicieron vida en Guarenas, fueron acusados de infidentes por seguir a Simón Bolívar y a los caraqueños en su paso por estas tierras, que huían del terror desatado por Boves y Tomás Morales.
     Uno de los expedientes  comprende la lista de las personas que “…emigraron de este pueblo con el ejército enemigo que siguió en derrota a los pueblos y demás lugares de Barlovento y Ciudades y Provincia de Cumaná y Barcelona”(1), como naturales y vecinos de la zona destacan: Martín Istúris (hacendado), Vicente Grillo (hacendado), Manuel Pantoja (médico), Luis Álvarez (médico), Nicolás Saltrón (alambiquero), Tomás Machado (propietario), Julián Machado (propietario), Manuel Castillo (hacendado**), Pedro José Castillo (hacendado).
   A este grupo se suman personas naturales de Caracas pero vecinos de Guarenas, tales como; Pedro José Izquierdo (administrador de la Renta de Tabaco),  Gabriel  Rada (hacendado), Juan Bautista Urbina (pintor), Manuel Landa (administrador de Real Hacienda), José María Sanz (teniente de Justicia Mayor), Presbítero José Manuel Hurtado (cura coadjutor).
     Aunque el Gobernador político de Caracas, el marqués de Casa-León, ordenó el embargo de sus propiedades no hay registro de los expedientes de embargos de todas las tierras, solo se hace mención a la partidas de frutos, melao y papelón embargados de la hacienda La Concepción quedando dentro de un inventario de bienes. Del inventario de esta hacienda quedaron exceptuados tres esclavos que no se incluyeron por ser  “…uno de Don Bartolo Manrrique vecino de Chacao, otra muchacha de Don Simon Bolivar, y otro que aunque corresponde a los emigrados de aquí está prófugo…”. (2)
     El año de 1818 es importante también por ser crucial para la constitución de la tercera república y el momento en el cual Bolívar logra su consolidación a nivel continental asegurando la victoria con la batalla de Carabobo.
      Un ejemplo de ello fue la estrategia militar mejor conocida como “la distracción de Bermúdez”, lo cual le permitió  a este patriota su desplazamiento de Oriente a Guatire, de Guatire a Caracas, a los Valles de Aragua regresando nuevamente a Guatire. Desde los Valles del Tuy regresa a Caracas y retoma de nuevo a Guatire y Barlovento, para luego llegar a Guatire el 12 de mayo, y aprovechando las ventajas de las colinas altas de El Rodeo organiza el ejército republicano de manera que pudiera acorralar al enemigo que había instalado cuartel en Guarenas.
     Con el debilitamiento de los realistas y la poca confianza en los ideales colonialistas que ya estaban presentes en las tropas que creían en la independencia definitiva, ven la oportunidad convertida en el motor que impulse a algunos de los emigrados a regresar a estas tierras para acompañar al ejército republicano en la lucha.
     A Francisco García se le acusa por mantener conversaciones sospechosas con su hijo José Tomas García, sargento del Batallón de la Corona, es ejemplo de aquellos que regresaron después de la emigración. El fiscal de la causa deduciendo su infidencia luego de las declaraciones de los testigos, considera la horca como pena conforme a lo establecido en las Reales Ordenanzas, sin embargo es rebajada a cuatro años de presidio fuera de Venezuela, no sin antes destacar el gobernador Salvador Moxó en forma despiadada que “…I conviniendo para la vindicta pública en las presentes circunstancias imponer escarmientos vergonzosos y exemplares a los autores de noticias sediciosas como D. Francisco García, para que sirva de terror y enmienda a los demás de su especie: aunado que antes de despacharlo debe ponerse en la plaza principal sobre un banquillo elevado por espacio de una hora, la de mayor concurrencia con dos tarjetas, una al pecho, y otra a la espalda, grabándose en ellas este mote: Por impostor de noticias sediciosas…”(3)
     Asimismo, encontramos la causa seguida contra el cura doctrinero del pueblo de Guarenas presbítero Miguel Peraza, y el Teniente Justicia Mayor Gabriel de Rada por sediciosos. Dicha causa es particularmente interesante no solo por el alegato tanto de acusados como de testigos presentados, sino porque en el curso del expediente se comprueba que algunas de las personas que siguieron a Bolívar lograron regresar al pueblo y continuaron el camino de las tropas insurgentes, señalados discriminadamente como sujetos de ninguna reputación. Vale destacar que surge en el seno de los acusados por infidentes un mecanismo defensivo al responder de la manera menos comprometedora en el transcurso de las causas, otros sencillamente negaban cualquier vinculación con el ejército republicano, que lejos de ser un motivo para descalificar a los patriota constituyó una garantía segura de no terminar en la horca, el fusilamiento o el destierro.
     Muchos son los detalles expuestos en estos documentos convirtiéndolos en una rica fuente de información sobre el período colonial y sus protagonistas locales como testigos de los acontecimientos ocurridos durante la emigración a Oriente y el paso de Bolívar por Guarenas. El abordaje de este tema tiene como propósito la reconstrucción de la identidad histórica del venezolano como pueblo insurgente cuyo presente es producto de ese pasado.

Lic. Noraya J. Pérez Díaz
Historiadora
Cronista del Municipio Ambrosio Plaza



(*) Perozo, Mario Briceño. Causas de Infidencias. ANH, Tomo I, 1960.
(1) AGN, Sección Causas de Infidencias, tomo XXIV, exp. 4, f.277
(**) Dueño de una parte de tierras en el sitio del Cercado. Dejó tierras y esclavos.
(2) Ibídem, f. 279
(3) AGN, Ibídem, f.31

Ambrosio Plaza




     Hoy se celebran 221 años del natalicio de uno de nuestros próceres patrios, Ambrosio Plaza cuyo nombre también lo lleva el pueblo de Guarenas desde 1881. Nació el 7 de diciembre de 1791 en la ciudad de Caracas hijo de Diego de la Plaza y Liendo, y de Josefa Obelmejías y Rengifo. Inició su carrera militar en 1810 ingresando como cadete en el batallón de Milicias de Blancos de Caracas convirtiéndose ese mismo año en subteniente.
     Prestó servicios junto a Francisco de Miranda durante la primera república, en 1813 se incorpora al ejército de Simón Bolívar, y en 1814 fue enviado al ejército de Occidente bajo las órdenes del general Rafael Urdaneta. Desde Tunja, marchó con Bolívar a Bogotá en una operación militar cuyo objetivo era la reducción de la disidencia encabezada por Manuel Bernardo Álvarez. Actúo en 1815 con Bolívar en el Magdalena y Cartagena, convirtiéndose en comandante de infantería de la guardia de honor del Libertador. En 1816 llega a convertirse en Teniente Coronel en la Sabana de los Cayos de San Luis en Haití donde participa en esta expedición.
     El 23 de octubre recibió el grado de coronel graduado y junto al coronel Julián Montes de Oca, fue destinado a la división del general Pedro Zaraza con quien lleva a cabo acciones de guerrillas en el alto llano, las cuales sirvieron de apoyo a las acciones del Libertador y de Manuel Piar en Guayana.
     En 1919 participó en la campaña de Apure como comandante del batallón de Granaderos, estuvo presente en la junta de guerra en la aldea de setenta donde quedó decidida la campaña de liberación de Nueva Granada y actúa en las batallas de Gámeza, Pantano de Vargas y la de Boyacá. Formó parte de las conversaciones para la conclusión de los tratados de Armisticio y Regularización de la Guerra, suscritos en Santa Ana por Bolívar y Morillo.
     El 15 de junio de 1821 el Libertador organizó su ejército en tres divisiones confiándole al coronel Plaza la tercera división y fue propuesto ante el congreso de Colombia como general de brigada. Al frente de esta división combate en la batalla de Carabobo, atacando de frente las posiciones del mariscal realista Miguel de la Torre en cooperación con las divisiones de José Antonio Páez y Manuel Cedeño.
     Durante esta batalla el coronel recibe un disparo de fusil en el momento que imponía la rendición a un batallón realista, su muerte ocurre el 25 de junio de 1821.
     Ambrosio Plaza se caracterizó por su lucha incansable y firme a favor de la libertad convirtiéndose en un héroe patrio por todas las veces que arriesgó su vida en cada una de las batallas que participó para asegurar la independencia venezolana. Fueron estas razones por las que nuestro municipio lleva su nombre para honrar su lucha y la de este pueblo que de igual forma ha sido fiel en su lucha emancipadora.


Lcda. Noraya J. Pérez Díaz
Historiadora
Cronista Municipal de Guarenas


392 años de la fundación de Guarenas De pueblo indígena a pueblo de doctrina



Lcda. Noraya Pérez Díaz
Cronista Municipal de Guarenas

     A más de tres siglos de haberse llevado a cabo el proceso de fundación colonial del pueblo de Guarenas, ciertamente no hemos hallado el documento formal que demuestre como fue realizado dicho proceso. Sin embargo, David Fernández, quien se convirtió para los guareneros en una de las figuras emblemáticas para la reconstrucción de nuestra historia local como Cronista, escribió en su oportunidad que, no se conocen los datos que debió dictar el fundador de Guarenas Teniente General don Pedro José Gutiérrez de Lugo, cuando eligió y delimitó el sitio donde se procedería a la fundación del pueblo, es decir, no hay evidencias de un acta fundacional, sino por el contrario, existe un expediente hallado por el historiador Ambrosio Perera en el cual se refieren los detalles y la forma para erigir la iglesia.
     Dicho expediente corresponde a los autos hechos en la real Audiencia de la Española sobre los pedimentos de Nicolás de Peñalosa, quien para entonces ocupaba el cargo de Procurador General de Caracas, mediante el cual señalaba “…la fuerza y agravio  que dijo se hacía a esta ciudad en razón de las iglesias y ornamentos que se debían de dar para los curatos y doctrinas de los pueblos de indios…”. En este sentido, Perera historiador y médico caroreño, cita en una de sus obras que “Y en catorce de febrero de mil seiscientos veintiuno, en el sitio que llaman de Las Guarenas y La Guaira, nueve o diez leguas de esta ciudad, el dicho juez comisario erigió y señaló otra iglesia en el pueblo erigido y fundado de Nuestra Señora de Copacaguán con la advocación y nombre de Nuestra Señora de la Caridad y Copacaguán, y agregó a este curato y doctrina las encomiendas del regidor Antonio Gámez, de Francisco Infante, de Lucas Martín y de Hernando Serrada, y mando que dentro de un mes se exhibiesen los ornamentos que a cada uno fue señalado, y dentro de dos meses acabasen la iglesia, cementerio y sacristía y casa del cura doctrinero…”.
     En estos autos igualmente se deja constancia de las diligencias llevadas a cabo por el Procurador Peñalosa ante la Isla de Santo Domingo para apelar ante la real Audiencia y, en nombre de los encomenderos de Caracas sobre la decisión enviada por el obispo de la diócesis de Fray Gonzalo de Angulo. La cita ciertamente sugiere un segundo punto determinado para llevar a cabo la fundación de Guarenas y los retrasos en la construcción de los elementos simbólicos de la fundación, aspectos de interés y preocupación en la búsqueda para el fortalecimiento de nuestra historia. Guarenas nace entonces, de un pueblo de origen indígena de donde fue saqueado su principal factor de producción; la tierra, para convertirse en un pueblo de doctrina de indios por la dificultad que tuvieron los españoles de desarraigar la cultura aborigen y, bajo el prisma de la cristianización.
     Guarenas, a lo largo de sus cuatro siglos, ha sido escenario de importantes momentos históricos y cuna de grandes personajes que hoy, a pocos años de su cuatricentenario es merecedora de recordar y traer al presente para el rescate de nuestra historia local y, en defensa de la memoria histórica de los pueblos.
     Para comenzar, nos remitiremos a nombrar la imponencia de las grandes haciendas y trapiches establecidos para desarrollar un comercio controlado por los hacendados, sus fértiles maizales fueron considerados los principales proveedores de cereales para Caracas y donde el producto de las cañas de azúcar fue de excelente calidad. Afortunadamente, hemos encontrado investigaciones realizadas por autores como Ermila Troconis de Veracoechea y Graziano Gasparini, quienes han estudiado las haciendas venezolanas, dentro de ellas nos llama la tención la antigua hacienda Izcaragua. Asimismo, un estudio completo de la hacienda Casarapa relata con sumo detalle la vida en haciendas. Otras forman parte del interés investigativo.
     Durante el período emancipador, fue lugar de descanso para muchos de los emigrados que acompañaron a Bolívar el 7 de julio de 1814. Un año después Pedro Agustín de Rivero recibe la cabeza de José Félix Ribas, cuya casa donde se llevó a cabo su velatorio aun permanece como testigo de esta historia. Igualmente fue escenario de las estrategias de José Francisco Bermúdez, lo que garantizó la batalla de Carabobo en 1821. Durante la Federación también fue escenario de batallas como la de El Tamarindo en 1859 y la Quebrada de Guarenas en 1860 dirigida por el coronel Regino del Nogal.
     Esta ciudad ha visto nacer a personajes, que sin el rigor cronológico me permito recordar; Emilia Reyes amante y defensora de su  tierra natal, su lucha fue dirigida hacia la conservación del ambiente, Cristóbal Loreto de Silva, considerado como uno de los primeros sacerdotes criollos, José Vital de Lugo sacerdote que sirvió a la causa independentista, el teniente José Anselmo Orta héroe independentista que lucho por la causa patriota, Emilio Bello Ricardo destacado no solo por su fábrica de pasta instalada en Guarenas, sino también por la música, Francisco Rafael García, médico destacado por su trabajo realizado, el presbítero Régulo Franquiz destacado por su más férreo enfrentamiento contra la dictadura gomecista fue encarcelado y envenenado en La Rotunda, Benito Canónico compositor de nuestro emblemático “Totumo de Guarenas”, Daniel Canónico conocido como el “Chino” Canónico gloria dentro del deporte nacional, Armando Urbina, tanagrista y director de teatro, el pintor Dionisio Veraméndez nacido en Guarenas y destacado por su técnica del neopuntillismo de gran riqueza y colorido, Octavio L. Orta nacido en estas tierras en 1865 fue un poeta  reconocido como uno de los famosos literatos venezolanos, los poetas Rafael Castillo Vera y Jesús Pacheco García valen su mención. Muchos son los artistas plásticos y dramaturgos, entre ellos Rodolfo Santana, quienes están presentes en estas líneas y en la memoria de Guarenas.
     Ir al pasado permanentemente como toda gesta épica no es para anclarnos a él, sino para establecer una relación filial con la nuestras generaciones, para resaltar una vez más la importancia de los hechos históricos como discontinuidades, incluyendo el presente. En este sentido, nuestra historia local debe ser también abordada partiendo de la importancia que, nuestro paso por ella tiene un efecto más allá de la transitoriedad. En el marco del aniversario de nuestra ciudad es urgente reflexionar sobre el camino de las transformaciones  que necesitamos construir y transitar,  ya que las huella de nuestros antepasados que permanecen como impronta colectiva nos reclama que la lucha emancipadora no ha concluido aún.
     Siempre que avancemos, nuestro pasado histórico estará presente y nos reclamará nuestro compromiso con la patria. Aunque el futuro siempre será, paradójicamente, pretérito, la utopía emancipadora de nuestros antepasados será siempre  el motor de los que estamos comprometidos con las  luchas  de los pueblos oprimidos.