Con estas líneas se busca presentar a
groso modo, la participación de algunos hombres y mujeres que dieron su paso a
favor de la causa republicana durante los años 1814 y 1818, rechazando en forma
silenciosa y, en algunos casos no tanto, al poderío de la monarquía española.
Creemos que estos hechos contribuyen no solo a fortalecer con un valor más
fidedigno el hecho histórico del paso del Libertador por las tierras de este
valle de Guarenas, sino también a enriquecer nuestra historia local. Los casos
insurgentes que abordamos reflejan las ideas de un pueblo en apoyo a un proceso
revolucionario que se concretaría hacia mediados del siglo XIX y fueron
conocidas por la monarquía como “causas
de infidencias”. Nuestro tema de investigación.
Como “Causas
de Infidencias” se conoce tanto en Venezuela como en otros países que
fueron posesión de colonias españolas, a todos los procesos penales llevados
por la Corona contra todos aquellos que se alzaron en armas, o que realizaron
acciones de hostilidad o desobediencia contra la autoridad española. Dentro de
estas acciones se consideran los actos, las palabras y escritos dirigidos en
contra de la autoridad española. Es pertinente referir que, esta
conceptualización además de ser general no titula delito alguno, por lo que la
intención de tal denominación es la de señalar dentro del ordenamiento jurídico
de la época colonial a todos aquellas personas que desobedecen a una majestad
católica. Por no estar claramente determinado el delito de infidencia en la
propia legislación colonial, se puede apreciar visiblemente en el caso
venezolano el fuerte deseo de emanciparse y de constituirse en nación, de allí
que se presentaran interminables luchas contra todo aquel que estuviera en
desacuerdo con la separación del régimen y continuar bajo las órdenes de un
rey.
Todos estos juicios tienen una
trascendencia histórica y es que las causas llevadas fueron expedientes
abiertos contra un gran número de criollos que posteriormente se convirtieron en
los padres de la nacionalidad(*) y que nos remiten a
rememorar los hechos ocurridos entre 1814 y 1818. La primera fecha nos interesa
porque tiene que ver con el fin de la primera república y el comienzo de la
emigración a Oriente, hecho en el cual un notable grupo de guareneros, y aquellos
que no siéndolo hicieron vida en Guarenas, fueron acusados de infidentes por
seguir a Simón Bolívar y a los caraqueños en su paso por estas tierras, que
huían del terror desatado por Boves y Tomás Morales.
Uno de los expedientes comprende la lista de las personas que “…emigraron de este pueblo con el ejército
enemigo que siguió en derrota a los pueblos y demás lugares de Barlovento y
Ciudades y Provincia de Cumaná y Barcelona”(1),
como naturales y vecinos de la zona destacan: Martín Istúris (hacendado),
Vicente Grillo (hacendado), Manuel Pantoja (médico), Luis Álvarez (médico),
Nicolás Saltrón (alambiquero), Tomás Machado (propietario), Julián Machado
(propietario), Manuel Castillo (hacendado**), Pedro José Castillo (hacendado).
A este grupo se suman personas naturales de
Caracas pero vecinos de Guarenas, tales como; Pedro José Izquierdo (administrador
de la Renta de Tabaco), Gabriel Rada (hacendado), Juan Bautista Urbina
(pintor), Manuel Landa (administrador de Real Hacienda), José María Sanz
(teniente de Justicia Mayor), Presbítero José Manuel Hurtado (cura coadjutor).
Aunque el Gobernador político de Caracas,
el marqués de Casa-León, ordenó el embargo de sus propiedades no hay registro
de los expedientes de embargos de todas las tierras, solo se hace mención a la
partidas de frutos, melao y papelón embargados de la hacienda La Concepción
quedando dentro de un inventario de bienes. Del inventario de esta hacienda quedaron
exceptuados tres esclavos que no se incluyeron por ser “…uno de Don Bartolo Manrrique vecino de
Chacao, otra muchacha de Don Simon Bolivar, y otro que aunque corresponde a los
emigrados de aquí está prófugo…”. (2)
El año de 1818 es importante también por
ser crucial para la constitución de la tercera república y el momento en el
cual Bolívar logra su consolidación a nivel continental asegurando la victoria
con la batalla de Carabobo.
Un ejemplo de ello fue la estrategia militar mejor conocida como “la distracción de Bermúdez”, lo cual le permitió a este patriota su desplazamiento de Oriente
a Guatire, de Guatire a Caracas, a los Valles de Aragua regresando nuevamente a
Guatire. Desde los Valles del Tuy regresa a Caracas y retoma de nuevo a Guatire
y Barlovento, para luego llegar a Guatire el 12 de mayo, y aprovechando las
ventajas de las colinas altas de El Rodeo organiza el ejército republicano de
manera que pudiera acorralar al enemigo que había instalado cuartel en
Guarenas.
Con el
debilitamiento de los realistas y la poca confianza en los ideales
colonialistas que ya estaban presentes en las tropas que creían en la
independencia definitiva, ven la oportunidad convertida en el motor que impulse
a algunos de los emigrados a regresar a estas tierras para acompañar al
ejército republicano en la lucha.
A Francisco
García se le acusa por mantener conversaciones
sospechosas con su hijo José Tomas García, sargento del Batallón de la
Corona, es ejemplo de aquellos que regresaron después de la emigración. El
fiscal de la causa deduciendo su infidencia luego de las declaraciones de los
testigos, considera la horca como pena conforme a lo establecido en las Reales
Ordenanzas, sin embargo es rebajada a cuatro años de presidio fuera de
Venezuela, no sin antes destacar el gobernador Salvador Moxó en forma
despiadada que “…I conviniendo para la vindicta pública en las presentes
circunstancias imponer escarmientos vergonzosos y exemplares a los autores de
noticias sediciosas como D. Francisco García, para que sirva de terror y
enmienda a los demás de su especie: aunado que antes de despacharlo debe
ponerse en la plaza principal sobre un banquillo elevado por espacio de una
hora, la de mayor concurrencia con dos tarjetas, una al pecho, y otra a la
espalda, grabándose en ellas este mote: Por impostor de noticias sediciosas…”(3)
Asimismo, encontramos la causa seguida
contra el cura doctrinero del pueblo de Guarenas presbítero Miguel Peraza, y el
Teniente Justicia Mayor Gabriel de Rada por sediciosos. Dicha causa es
particularmente interesante no solo por el alegato tanto de acusados como de
testigos presentados, sino porque en el curso del expediente se comprueba que
algunas de las personas que siguieron a Bolívar lograron regresar al pueblo y
continuaron el camino de las tropas insurgentes, señalados discriminadamente
como sujetos de ninguna reputación. Vale
destacar que surge en el seno de los acusados por infidentes un mecanismo
defensivo al responder de la manera menos comprometedora en el transcurso de
las causas, otros sencillamente negaban cualquier vinculación con el ejército
republicano, que lejos de ser un motivo para descalificar a los patriota
constituyó una garantía segura de no terminar en la horca, el fusilamiento o el
destierro.
Muchos son los detalles expuestos en estos
documentos convirtiéndolos en una rica fuente de información sobre el período
colonial y sus protagonistas locales como testigos de los acontecimientos
ocurridos durante la emigración a Oriente y el paso de Bolívar por Guarenas. El
abordaje de este tema tiene como propósito la reconstrucción de la identidad
histórica del venezolano como pueblo insurgente cuyo presente es producto de
ese pasado.
Lic. Noraya J. Pérez
Díaz
Historiadora
Cronista del
Municipio Ambrosio Plaza
(*) Perozo, Mario Briceño. Causas de
Infidencias. ANH, Tomo I, 1960.
(1) AGN, Sección Causas de Infidencias, tomo
XXIV, exp. 4, f.277
(**) Dueño de una parte de tierras en el
sitio del Cercado. Dejó tierras y esclavos.
(2) Ibídem, f. 279
(3) AGN, Ibídem, f.31
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