En el Día Nacional del Cronista
El Día Nacional del Cronista es una
efeméride que se evoca en nuestro país desde el 20 de mayo de 1986. Es la
Asociación Nacional de Cronistas Oficiales de Venezuela, en honor y memoria del
natalicio del primer cronista nombrado oficialmente por la municipalidad de
Caracas el 15 de diciembre de 1945, que deciden instituir esta celebración.
Este homenaje fue al escritor, historiador y cronista valenciano, Enrique
Bernardo Núñez nacido el 20 de mayo de 1895.
Bernardo Núñez Enrique con su obra “La Ciudad
de los techos rojos” forma parte de la historiografía venezolana reconocida
nacionalmente, así como también los cronistas que lo siguieron, y que han
publicado diversas obras unas más pequeñas que otras, pero que resaltan de la
misma manera la delicada labor que cumple el cronista. Esta figura ha pasado
atravesado por algunos cambios desde su aparición, pero sin la significación
que este merece en los municipios.
A través de la Ley Orgánica de Régimen
Municipal, sancionada el 14 de junio de 1989 y publicada en la Gaceta Oficial
el 15 de junio de 1989, se transformó la figura del Cronista de la Ciudad en
Cronista Municipal, obligando al Municipio a designar a un Cronista, cuyas
funciones y requisitos de idoneidad para el cargo debían establecerse en una
Ordenanza respectiva. Posteriormente, se establece en la Ley Orgánica del Poder
Público Municipal vigente que el
Cronista constituye un órgano auxiliar del Concejo Municipal, conjuntamente con
el Síndico Procurador Municipal y la Secretaría del Concejo.
Ahora bien, el cronista tradicionalmente y
por el trabajo realizado por los diferentes cronistas de Indias en su momento,
ha sido considerado como un “contador de historias, crónicas, cuentos o relatos”,
hecho que a nuestro juicio no ha variado significativamente en la actualidad,
porque no se ha comprendido que más allá de una figura inamovible, se encuentra
un profesional que es investigador, recopilador, escritor y defensor de la
historia del municipio y de la república, que debe trabajar no en forma aislada
sino en conjunto con los diferentes entes del gobierno municipal donde se
encuentre.
Esta transición, entre el Cronista Oficial
a Cronista Municipal, considerado además un funcionario público ha venido
planificando el trabajo bajo una concepción moderna y dinámica puesta al servicio de la
comunidad y para la defensa de la memoria histórica de los pueblos. Sin
embargo, es necesario romper con algunos falsos paradigmas que se ciernen sobre
la figura del cronista y que lo hace aún muy endeble. Por ello, se requiere de
la integración a los diferentes planes municipales, de participar activamente
en el desarrollo de la ciudad y de aportar ideas acordes a la realidad local.
La celebración de esta fecha es motivo
para reflexionar sobre la labor que hacemos y la trascendencia de nuestro
trabajo para la sociedad, en este sentido no podemos ser eco de una historia
construida desde el discurso colonizador, negando la existencia de sus
pobladores indígenas y de las comunidades. Es decir, la historia nacional y
local ha tenido como paradigma una historia de héroes. Por ello, creemos en la
necesidad de reconstruir permanentemente la historia a partir de la participación
de las comunidades, de esta manera superamos la visión individualista del
conocimiento y partimos del empoderamiento por parte de las comunidades de su
propia historia: Todos somos sujetos constructores de la historia. Se trata de hacer
una historia del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, cuyo objetivo debe ser
la democratización y socialización de la memoria histórica.
Lcda. Noraya J. Pérez
Díaz
Historiadora
Cronista Municipal de
Guarenas
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