La batalla de
Carabobo librada el 24 de junio de 1821 fue un enfrentamiento más como todos
los que ocurrieron a lo largo del territorio venezolano, donde también
participaron algunos pardos de la región de Guarenas y Guatire, que permitieron
sellar la independencia. La participación aguerrida de muchos de los
republicanos durante los sucesos previos formó parte de una estrategia militar
planificada por Simón Bolívar para dividir el ejército realista.
El escenario
para la guerra estaba ya preparado quizás desde la firma del armisticio de
Trujillo firmado desde noviembre de 1820 en Santa Ana por Morillo y Bolívar,
que luego de trazado dicho pacto de cese a las hostilidades, encontramos la
participación del general Miguel de la Torre, en vista de la dimisión de
Morillo y su regreso a España, quedando este general al mando de las tropas del
ejército español. Esta “ruptura temprana” del armisticio se hace más evidente
cuando el 28 de enero de 1821 la provincia de Maracaibo se suma a favor de la
independencia absoluta de Venezuela y es ocupada por el general Rafael
Urdaneta, situación considerada por Miguel de la Torre como una transgresión al
pacto hecho por lo que solicita la desocupación de la provincia. Sin embargo,
Bolívar afirmó que no había violación al
tratado cuando una provincia se declaraba independiente.
Esta
circunstancia propició una comunicación a través de correspondencias entre
ambos generales que pudieran sugerir una “humanización de la guerra”, o, parte
de la estrategia militar, por el buen trato y consideración en sus cartas, tal
como le escribe desde Bogotá el 25 de enero de 1821 “…Ninguno más digno de llevar la doble y delicada misión de hacer la
guerra y la paz en circunstancias tan raras como las presentes; yo me
congratulo sinceramente de que esté en mi frente un jefe cubierto de laureles y
adornado de virtudes…”. Palabras que no desvirtuaron el propósito de
Bolívar que fue llevar cabo más adelante acciones distractoras para entretener
y dispersar al ejército realista. Dichas acciones estuvieron encomendadas a
José de la Cruz Carrillo encargado del occidente del país, y la segunda a José
Francisco Bermúdez en el oriente y centro del territorio.
La organización
de sus tropas se hizo en varias etapas que derivaron pequeños enfrentamientos
protagonizados en las zonas de Guatire, Barlovento y los Valles del Tuy,
lugares en los que nos concentraremos debido a la existencia de algunas
comunicaciones emitidas por el coronel realista José Pereira dirigidas a su
capitán General de las tropas del rey, las cuales tienen su importancia porque
demuestran el escenario de guerra previo a la victoria lograda en Carabobo más
tarde.
Retomadas las
hostilidades el 18 de abril de 1821 José Francisco Bermúdez se encarga de
ejecutar su estrategia militar de distracción, conocida como “la distracción de Bermúdez” moviéndose
de Oriente a Guatire, de Guatire a Caracas, a los Valles de Aragua regresando
nuevamente a Guatire. Desplazándose con su ejército a los Valles del Tuy para
regresar a Caracas y retomar de nuevo a Guatire y Barlovento. Durante este
desplazamiento, llega a Guatire el 12 de mayo aprovechando las ventajas de las
colinas altas de El Rodeo organizó el ejército republicano de manera que
pudiera acorralar al enemigo que había instalado cuartel en Guarenas. Logrando
concentrar a los realistas en el piedemonte del Trapiche Ibarra batallaron
durante tres horas en lo que conocemos como la Batalla de El Rodeo. De esta
manera, Bermúdez garantiza el paso libre hacia Caracas.
Con este
triunfo de Bermúdez en Guatire retoma el cuartel de El Rodeo uniéndosele
posteriormente a sus filas patriotas el general Juan Bautista Arismendi. El
fortalecimiento de sus tropas por un lado, la entrada del coronel Avendaño en
Curiepe y la organización del ejército del comandante Macero en Caucagua provocaron
el repliegue y debilitamiento de los realistas que perseguían a Bermúdez, así
lo demuestra la comunicación del 1 de
junio de 1821 desde Guarenas dirigida a la Segunda Comandancia General de la
Vanguardia por José Pereira quien escribe que “… nada puedo indagar de la certeza del último ni por donde emprendió su
movimiento…”. Al percatarse del estado de su ejército solicita en forma reiterada
el auxilio ya que los esfuerzos que realiza “…son burlados por los pocos o ningunos deseos que asisten a los pueblos
en servir a nuestras armas…” Entonces, no solo el debilitamiento sino
también la poca confianza en los ideales colonialistas estaban ya presentes en
las tropas que creían más en la independencia definitiva. Esta idea igualmente
la expone Pereira al dirigirse a Miguel de la Torre refiriéndose al poco apoyo
de sus tropas y a la firmeza de los pardos en búsqueda de la libertad al
referir que “…los pueblos respiran todos
malas ideas y si no les damos pronto un buen golpe se incrementan en fuerzas y
opinión.”
Asimismo, en
otra correspondencia de fecha 3 de junio se deduce la visión libertaria de
pardos y oficiales republicanos que fortificaron todas y cada una de sus
posiciones para lograr el objetivo encomendado por Bolívar, cuando este mismo
coronel realista pide; “Tenga V. la
bondad de sacarme de aquí yque otro con más robustez mande estas operaciones
que yo no puedo seguir porque no alcanzo los milagros de este tiempo que solo
están reservados para otros(…) Estos
pueblos son más insurgentes que Bolívar y los que no siguieron a los rebeldes
se fueron a los montes, de que no los saca ni el buen trato ni ofertas…”
Intentamos
destacar estos acontecimientos y
afirmaciones tomadas del Archivo del General Miguel de la Torre para
demostrar la importancia tanto de las luchas de pardos y personas del pueblo
como de los alzamientos de estos territorios, previos a la batalla de Carabobo,
porque con ellas se garantizó la recuperación de las principales ciudades
tomadas por realistas. Muchas de estas batallas consolidaron la independencia
de una nueva república y algunos de los centros poblados como Guarenas,
Guatire, Araira, Caucagua y Capaya contribuyeron siendo punto de encuentro y
centro de operaciones. Por ello Guarenas persistirá como pueblo insurgente.
Lic. Noraya J. Pérez Díaz
Historiadora
Cronista Municipal de Guarenas (E)