sábado, 2 de junio de 2012

Velorio de Cruz de Mayo


    
    A inicios del mes, se lleva a cabo el Velorio que inicia con la decoración de la cruz, y el rosario respectivo. Durante toda la noche, la gente se reúne en torno a la Cruz, se brindan bebidas y comidas ofrecidas por el anfitrión, con la colaboración de algunos asistentes. Generalmente se invita a cantadores de fulía para alegrar la velada.

    La versión popular del velorio de la cruz es una de las celebraciones más importante en el calendario de las fiestas tradicionales. Sus orígenes se remontan en el cristianismo cuando Santa Elena madre del emperador Constantino, en el año 324, encuentra el madero donde murió Jesucristo. La significación de este símbolo para la iglesia católica constituye la muerte redentora de Dios, la redención misma en la sangre de Dios.

    En Venezuela dicha celebración se ubica en el solsticio de verano a excepción de los estados Zulia, Mérida y Táchira. El decorado de la cruz con flores de vistosos colores refleja por una parte, todo el proceso evangelizador donde la cruz fue el signo obligado del culto, pero al mismo tiempo también representa una transculturización al asociarlo con el mes de mayo, con la tierra, las lluvias y el inicio de la primavera. Desde tiempos remotos los sectores rurales además de ver la cruz como un símbolo de protección la sembraban en los conucos junto con las cosechas. Como una muestra de agradecimiento por los frutos recibidos esta era cubierta con hojas de maíz, ramas de caraotas o fríjol que con el pasar del tiempo fue variando hasta ser sustituidos por las flores.

    El Velorio de Cruz es un ritual durante el cual los creyentes demuestran de diversas formas  su devoción a este símbolo. A partir del 3 de mayo en Venezuela, y con características particulares según la región, se celebra la fiesta de la Cruz de mayo como un homenaje al mes de las lluvias, a la exaltación a lo telúrico y como una resurrección de la naturaleza. Esta celebración constituye una de las ceremonias más importantes basadas en reuniones nocturnas desde tempranas horas de la noche hasta el amanecer acompañadas de rezos y cantos.

    En el aspecto musical  la importancia la tienen los tonos, cantos polifónicos ejecutados generalmente a tres voces según la tradición musical de la región o de los cantores. Encontramos que en zona oriental se cantan galerones, fulías, malagueña y jota acompañados de cuatro, guitarra, mandolín o bandola, maracas y tambor. En esta misma región también se exalta la necesidad de las lluvias para garantizar una buena cosecha y se nombran padrinos de velorio. Por otro lado, en los llanos la celebración se diferencia de la anterior  por el baile del joropo, pero de espaldas a la Cruz. Mientras, en el centro del país los velorios están acompañados de rezos y recitaciones de décimas en el que participan personas conocidas dentro de la comunidad. Durante la celebración ya no propiamente religiosa se comparten bebidas, comidas o dulcería.

    La  celebración  de la Santa Cruz de Mayo en el estado Miranda es una tradición de mucho arraigo donde la cruz es venerada a través de sus velorios. El pueblo la celebra durante todo el mes prolongándose la celebración hasta el momento de la coronación. Para ello, los creyentes elaboran la cruz en madera, la colocan en un lugar alto y visible, pintada de azul o caoba la cruz es vestida con papeles de diversos colores y adornada con flores campestres. La cruz se coloca en un altar generalmente hecho con un armazón de caña amarga arqueada y bien labrada decorado también con muchas flores y cintas.

    El acto se inicia con una invocación a la cruz, seguido de un rosario cantado y los versos que anuncian dichos cantos. Los mismos hacen del velorio una fiesta bien animada y comunitaria. Durante el velorio no se acostumbra a bailar por considerarse el acto como un momento de solemnidad. Sin embrago, hay regiones donde el velorio viene acompañado de una diversión propia de la región, por lo que se procede a guardar o tapar la cruz.

    Debido a la estructura  básicamente simple de este velorio, se hizo de este elemento de cultura, un hecho fácilmente repetible en escenarios no tradicionales, y su manifestación cobra mayor auge por el creciente regionalismo.



Lic.  Noraya Pérez Díaz
Historiadora

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