LA PARRANDA DE SAN JUAN DE GUARENAS

Desde el punto de vista de la historiografía- fuente (La Biblia) ,Juan, el Bautista, fue el último profeta auténtico del canon bíblico como tal. Era "la voz que clama en el desierto", el que llamaba a arrepentimiento a los hombres de toda vilesa de su propia lujuria y concupiscencia, el que preparaba el camino para que el Rey de Reyes y señor de Señores iniciara su ministerio de la redención del pecado, llevando toda la satánica conducta humana a la cruz, a los fines de establecer camino de salvación a la humanidad, divorciada de Dios a causa de sus pecados y trasgresiones.

Desde el punto de vista católico, ya como una manifestación religiosa, acorde con el ideario popular y la "usanza" apostólica romana, San Juan, como se le conoce en la jerga popular religiosa, se constituye como una celebración dentro de lo esotérico-cultural, característico del pueblo venezolano desde tiempos antiguos.

En el caso de nuestra querida ciudad de Guarenas, ya instituido como celebración religiosa, las noticias más antiguas acerca de su práctica provienen de la antigua hacienda Casarapa, en el caserío "Sal si puedes" y sus alrededores. Según los relatos de las señoras María Rojas, Carmelo Blanco e Ignacia Marmolé, cultoras de San Juan de Casarapa, existía allí un galpón con techo de dos aguas, conocido como "el repartimiento", donde habitaba la peonada. siendo 22 familias en total, las allí residentes.

En este recinto, con la participación de jóvenes y adultos unían cantos de alegría, sembrando las bases de la hoy conocida celebración. Se afirma, de igual manera, que en la capilla de la hacienda, había sólo una imagen de Cristo, por tanto, los dueños (Familia Cartaya) decidieron comprar una imagen de San Juan a la cual dedicar oraciones y rendir culto anual.

En cuanto a lo que conocemos del llamado "velorio de San Juan" o velorio en honor a San Juan, comenzaba este a las siete de la noche; desde esa hora hasta las doce en punto se cantaba fulía , y a partir de allí, comenzaba el repique de tambor, cantos y bailes en honor al santo. Este velorio, hasta el día siguiente, 24 de junio, se mantenía con la colecta pública y aportes de los cultores participantes. Algunas  de las comunidades visitadas por la parranda eran Las Clavellinas, Guacarapa, San José, Tocorón, Agua Amarilla, Pueblo Arriba y la Llanada.

Respecto a la imagen venerada, esta tiene un metro de altura aproximadamente, tallada en madera, fue traída de Italia por don Antonio Cartaya en 1936, a petición del señor Encarnación Guzmán, fundador de la parranda en cuestión, en Casarapa, junto con Pablo Gutierrez y otras personas.

Hay que acotar que en Guarenas se realizaban dos parrandas al santo de forma simultánea, a saber, una en la hacienda Casarapa, y la otra en el casco central del pueblo, dirigida por el señor Bernandino Garmendez conformada por otros como Manuel Arturo Aponte, Martín Lozano y su señora madre, quien por ofrecimiento de promesa, ponía especial énfasis y calor a los parranderos participantes.

Este fenómeno de la simultaneidad de la celebración posse matices curiosos. El señor Pablo Gutierrez, quien trabajaba como moledor de caña en la Hacienda Casarapa, fue el impulsor, allí, primero, de la celebración, pero se mudó al pueblo de Guarenas, años después, como tal, comprando una casa en el "callejón la Polota", hoy" La Pelota", allí fundó una familia al lado de su compañera Petra Díaz.

Al poco tiempo de mudado se unió a una parranda en honor al santo, dirigida por la señora Lisandra Arteaga, quien se dice poseía su propia imagen de San Juan.Vivía esta dama en el "Callejón de la Mochila", en la calle Francisco Rafael García, sector "La Pelota" para esa época (década de los cuarenta a los sesenta). Al morir Lisandra, dona la imagen y la dirección del culto a Petra Díaz y Pablo Gutierrez. La imagen, en cuestión, le es cedida a la señora Juanita Mora,quién mantuvo el culto característico hasta su muerte, pasando la estatuilla nuevamente a manos de Pablo Gutierrez, quien la incorpora hasta el año 1987.

Muere Pablo, y su esposa Petra devuelve la imagen al hijo de Juanita Mora, Giovanni Castro. Con el tiempo la imagen es dada en custodia a la señora Flora Espinoza y es trasladada al sector "El Parque". Actualmente, aún esa imagen es cuidada por esa cultora.

OFICINA DE LA CRONISTA DE GUARENAS

FUENTE DOCUMENTAL: PARRANDA DE SAN JUAN DE GUARENAS/GRUPO EDITORIAL NSB/MARTA CRESPO-LUIS RIVAS APONTE.